Muy lejos está la MUD de haber logrado la unidad que cacareó durante meses. El CNE difunde las postulaciones tal como aparecerán en las máquinas de votación en diciembre. Basta revisarlas unos minutos, en cualquier circunscripción electoral del país, para notar la división y multiplicidad de candidatos de quienes adversan al gobierno bolivariano.
Centenares de aspirantes opositores ignorados optaron por inscribirse al margen de la MUD, expresando de esta forma su descontento con las imposiciones a dedo y tracalerías del cogollo de la mesa derechista que, al viejo estilo adecopeyano, negoció candidaturas, raspando sin clemencia a quienes les dio la gana.
En el circuito 1 del Distrito Capital, en el cual soy candidato nominal junto al compatriota Ernesto Villegas luego de ser favorecido en las elecciones internas del PSUV, un candidato opositor promovido en elecciones anteriores, Iván Olivares, fue desplazado gracias a las zancadillas y marramucias de la cúpula reaccionaria. Ya anteriormente, Olivares había renegado de la coalición de la derecha y del partido al cual estaba adscrito (PJ), lo que esta vez le costó competir no solo contra los candidatos de la Revolución, sino contra los candidatos “unitarios” de la mesa antidemocrática. Menciono el caso porque es el más cercano que conozco, de otros centenares a nivel nacional, que demuestran la rapiña, el oportunismo y las agallas inescrupulosas de la fuerza electoral contrarrevolucionaria. Si los mandamás de la mesa, en su lucha egoísta por el poder, sacrifican a fieles militantes como Olivares, cabe preguntarse, ¿Qué no harían con nosostros si llegasen al gobierno? ¡Dios nos libre!
No obstante su división, no debemos confiarnos. La actual campaña es la más peligrosa que hemos afrontado. Con un apoyo político y mediático internacional sin precedentes, los deslucidos candidatos contrarrevolucionarios nos enfrentan, apoyándose en las dificultades que con energia combatimos. Los votantes contrarios a la Revolución, no saldrán a votar por propuestas concretas o postulaciones carismáticas, sino para “salir de la crisis” y del chavismo, en la equivocada idea de que la situación económica dara un vuelco positivo si el gobierno bolivariano es derrotado; ciegamente ignoran que la locura reaccionaría, además de liquidar los programas sociales, nos hundiría en una desgracia sin fin. Desde ya, anuncian lo que viene el 2016, en el supuesto negado de que obtengan la mayoría parlamentaria: sacar al compatriota Maduro de la presidencia lo más rápido posible, revertir los beneficios alcanzados e hipotecar el país a las fuerzas imperiales. Si son derrotados nuevamente, como estoy seguro que sucederá, los objetivos serán los mismos pero por vías no constitucionales.
Nos queda cerrar filas hasta, durante y despues del 6D. Antes: porque debemos intensificar la campaña, desmontando las mentiras opositoras. Durante: para con gran entusiasmo movilizar como siempre a los y las compatriotas que votarán por la Revolución. Después: para frenar el plan conspirativo violento que desplegarán, luego de anunciados los resultados electorales.
Sigamos adelante, sin descanso, en defensa de la Revolución, el Socialismo y el legado del comandante Chávez.
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